dental que se cementan en los dientes para darles el tamaño, la forma y el color deseado de forma
permanente.
Tienen la ventaja que son muy estables en el tiempo y no necesitan mantenimiento ni pulido a largo plazo
como las carillas de composite. No sufren cambios de color y sus propiedades de reflexión y brillo de la luz
son perfectas, comportandose con la estética real del diente natural.
Son necesarias varias citas para terminar el tratamiento. Primero se debe rebajar 0,8-2mm el grosor del
diente, proceso que requiere anestesia local y posteriormente se colocan carillas provisionales. Las
medidas tomadas de los dientes tallados se envian al laboratorio de prótesis que individualizan cada caso
en función de cada paciente para hacer cada caso único. Posteriormente cementaremos la carilla en la
superficie del diente. A diferencia de las carillas de composite, este proceso es irreversible.
Indicadas para pacientes con una altisima exigencia estética, las carillas de porcelana también están
indicadas para pacientes que no pueden llevar a cabo un programa de mantenimiento de sus
restauraciones y prefieren olvidarse de ellas. Gracias a la estabilidad de color y forma se recomiendan en
pacientes que presentan una química bucal y hábitos más agresivos, capaces de degradar o fracturar los
composites en poco tiempo.